El móvil de SiempreCorrientes llegó a Itatí, allí se encontró con una historia de vida, Carlos Walter Scott oriundo de Buenos Aires desde el 2002 habita en el ingresó a la localidad en una carpa.
Pese a que lo quisieron "echar" ni bien se instaló en el lugar, el pudo más y desde hace 19 años vive en el ingresó a Itatí.
Al respectó nos comentó: “Desde 2002 estoy acá, en su momento el intendente de ese tiempo me quiso echar pero no pudo”.
“Iban y venían, como yo soy artesano a ellos no les gustaba en esa época lo que uno hacia y gracias a Dios hasta el día de hoy sigo acá”, afirmó Carlos Scott.
Siguiendo esa misma línea explicó: “Me gane el cariño de la gente, me aprecian mucho, ayudo en lo que puede y bueno acá estamos, a mi me ayuda Dios y también la gente”.
“Soy soltero oriundo de Buenos Aires, nací en Caseros, estuvimos en Fuerte Apache y bueno por cuestiones internas en mi familia decidí irme”, explicó.
“Tenía muchas opciones pero me dedique a la artesanía, se cocinar, se pintar, suelo ayudar en la albañilería, ayudo en lo que puede me suelo ir a Brasil a trabajar en el verano y ahí estamos sobreviviendo”, comentó Carlos.
“Siempre vuelvo a Itatí porque me encanta”, afirmó.
“El día a día es como vivir en una casita nada más que tenes que organizar todo, fijarte los días de lluvia”.
“Gracias a Dios tengo una pileta vieja que me ayuda a que el agua no pase, pero muchas veces me moje y pase mucho frío, la gente tiene muy buen corazón y siempre me preguntó si yo necesitaba algo”, comunicó.
“Itatí cambio mucho no era así como lo es actualmente, cambio mucho en lo que es el amor al prójimo”, señalo.
“Pase hambre y hasta comí de la basura, no es lindo pero bueno”. “Algunas veces esperaba a que vinieran los colectivos acá a la virgencia y me regalaban las bandejitas”.
“Uno trata de ganarse el pan pero no te dejan, me ofrecía a limpiar los autos en la estación de servicio pero la dueña no me dejaba y si queres vender algo no podes tener tu puestito porque no perteneces a la Municipalidad”, comentó Carlos.
“Me sentí usado algunas veces pero yo siempre doy amor, mi carpita es mi hogar, me siento orgulloso de lo que tengo y de lo que Dios me dio”.
“Tengo una garrafita de 2 kilos, me cocinó, y si no tengo para comer solo me dedico a agradecerle a Dios”, finalizó.
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