Con el Iberá como motor, se impulsa el turismo de naturaleza del país

Con más de 600 inscriptos, se desarrolló en Córdoba la primera Cumbre Argentina de Turismo y Naturaleza. Durante la apertura, Gustavo Santos, el secretario de Turismo de la Nación, señaló a la región correntina como el puntapié inicial de la actividad que complementa “lo humano con el patrimonio”.



El turismo de naturaleza rompe la estacionalidad, genera trabajo y se apoya en valores. Poco más de 600 de los principales actores de la actividad turística del país se dieron cita en Córdoba durante los dos últimos días, para compartir experiencias, analizar oportunidades y fortalecer la perspectiva de desarrollo económico de cada región, a partir de la preservación de los recursos naturales.

Agentes de viaje, cámaras de turismo, representantes de empresas aeronáuticas, intendentes, ministros de turismo de las 23 provincias argentinas y también los principales referentes de organismos no gubernamentales vinculados con conservación – como CLT y Aves Argentinas – formaron parte de paneles donde se desarrolló la temática.

Además de la exposición destacada del ministro de Turismo de Corrientes, Sebastián Slobayen; el presidente del Comité Iberá, el senador Sergio Flinta; y la vocera de CLT, Marisi López -quienes detallaron la experiencia de la creación del área protegida más grande del país-; también Corrientes fue el ejemplo con el cual el titular de la cartera turística nacional dio apertura a la Cumbre.


El discurso, sin desperdicios, puso de relieve el desarrollo del Iberá como puntapié para el crecimiento de toda la oferta de naturaleza del país.
“Hasta ahora, se ponderaban las contradicciones entre turismo y naturaleza, antes que las similitudes. Por eso esta cumbre es motivo de agradecimiento: detrás está una Argentina con su territorio, su naturaleza y su gente, que son la misma cosa”, enfatizó Santos.
El cordobés afirmó contundente que “no hay ninguna posibilidad de desarrollo si no entendemos que no hay contradicción entre lo humano y lo natural. El verdadero turismo, el que pregonamos desde el centro de las decisiones políticas del turismo mundial, hoy es el sostenible, el respetuoso de la naturaleza, el que cuida sus recursos tangibles e intangibles. Es eso, o es nada”, aseguró.
En otro párrafo de su oratoria, Santos afirmó que “Argentina tiene, en su inmensidad territorial, una posibilidad extraordinaria de desarrollo local y de su gente”, y apuntó al Iberá como objetivo iniciador de ese proceso.
El sueño del Iberá

“Arrancamos soñando que era posible construir un corredor ecoturístico en el Litoral. Empezó con un sueño, que fue el Iberá. Antes de asumir, ya los teníamos sentados en una oficina, construyendo nuestros planes de gestión, al senador (Sergio) Flinta y a la gente de CLT”, mencionó.
“Pensábamos cómo hacer que aquel recurso extraordinario, al que solo se tenía acceso desde Carlos Pellegrini, pudiera abrirse en más de 10 portales”, recordó. “Su población había encontrado espontáneamente en el turismo, una salida a otras actividades que se estaban terminando. Y poder replicarlo se consiguió gracias a que el trabajo lo hicimos juntos”, destacó.
“CLT donó a parques nacionales sus hectáreas, y la provincia puso las suyas, y construirnos un parque de 60 mil hectáreas, con caminos que no existían. Y vimos cómo a los pueblos del entorno, que no tenían acceso al recurso, les empezaban a cambiar las cosas. Empezaron a resucitar pueblitos que ahora son cinco portales, de los 10 proyectados. Y lo mejor, son 200 mil correntinos, los más humildes, los que tendrán posibilidades de encontrar una salida vital en el lugar en el que tienen sus raíces. El arraigo, que evita otros de los males argentinos: las migraciones internas en busca de una esperanza laboral. Porque normalmente esa expectativa suele terminar en una enorme frustración, para personas que habiendo nacido en ambientes naturales, terminan desculturizados y aún más marginales”, enfatizó.
Crecer en el Litoral

Para Santos, el modelo de administración cooperativa y asociada fue lo que permitió luego impulsar “a todo el corredor: a la Selva misionera con el ancla en el Iguazú, al Impenetrable en el Chaco, que era una de las grandes deudas que teníamos: que ese refugio de naturaleza no fuera más un botín de cazadores furtivos. Si el Impenetrable había logrado sobrevivir, lo teníamos que convertir en Parque Nacional, y dejó de ser una vergüenza”, destacó.
La visión apunta a fomentar también al bañado La Estrella, en Formosa. “Las expectativas está dirigidas a que aquel proceso que pensábamos para los pobladores autóctonos, como los wichis y los tobas, tengan una oportunidad de vida. Soñamos con que el Impenetrable aparezca en los diarios ya no porque sus pobladores se mueren de hambre, sino porque los turistas los están visitando y pueden vivir orgullosos de su cultura, que es esa identidad la que genera desarrollo y condiciones de vida para sus pueblos”, graficó.
En esa sintonía, enumeró al bañado La Estrella en Formosa, al Palmar entrerriano, al corredor de la Puna – desde Jujuy hasta Salta, Tucumán y Catamarca – y el Andino. “Y del otro lado, la Patagonia sobre el mar, con lugares extraordinarios”, enfatizó.
Tras dedicarle especiales palabras de aliento a Córdoba, su provincia, enfatizó la idea de que “turismo es territorio. Es la más federal de las actividades productivas. Es protección, preservación, y la herramienta para integrar naturaleza con desarrollo, dos conceptos que parecían imposibles de ser analizados juntos. Hoy, turismo es el brazo del desarrollo humano, y la naturaleza el motor que sostiene y apuntala”, afirmó.
Con la mirada en Asia


Sobre el final, Santos recordó el objetivo de “generar miles de puestos de trabajo en Argentina, porque ahí donde no llega nada, llega el turismo. Y es el mejor lugar para ser visitado”.
Con convicción, el funcionario nacional remarcó la búsqueda de posicionar a Argentina en el mundo como “reservorio de naturaleza. Los asiáticos, que son los que más van a crecer en los próximos años, no son clientes de sol y playa sino de naturaleza y cultura”, apuntó. “Nosotros vamos a devolver la posibilidad a los grandes emisores de turistas – América, Europa y Asia – de volver a la naturaleza, con identidades, culturas y esta diversidad extraordinaria de paisajes, rostros, tonadas y manos tendidas. Y valores, porque no hay sustentabilidad sin valores. El turismo de naturaleza es la oportunidad para que miles de familias argentinas, las más pobres, encuentren un sentido a su paso por la vida”, afirmó al final.
La República
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