El niño que cambió el disfraz de Spider Man por el de un Granadero

El video del granaderito que marchó en la Plaza de Mayo se viralizó en pocos días por todo el país. Acá te contamos quién es y de qué manera terminó cumpliendo su sueño Mateo, de tan solo dos años.

El niño que aparece vestido de granadero en un video que llenó de ternura los grupos de WhatsApp y se compartió cientos de veces en Facebook se llama Mateo y tiene tan sólo dos añitos. Esta es la historia del granaderito que participó de la ceremonia de arriado de la bandera frente a Casa Rosada.
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El atuendo en miniatura de los granaderos de San Martín es idéntico a los originales. Gorro de visera baja, charreteras, pantalones de montar, botas, sable, fusil, redoblante y, por supuesto, una bandera argentina. Así se vistió Mateo para ir a mirar la tradicional marcha en Plaza de Mayo y se escapó de sus papis corriendo para sumarse al desfile donde los granaderos arrían la bandera.
Erguido y serio, a paso firme como corresponde, Mateo marchó la semana pasada junto la guardia del Regimiento que habitualmente cumple con el protocolo por las mañanas, con el izado de la bandera, y por la tarde con su arriado. El gesto fue espontáneo. En un principio sólo iban a mirar, pero el niño quiso ser uno más del batallón y se sumó.
El “granaderito” de dos años cumplió un sueño que comenzó cuando su familia visitó casualmente la Plaza San Martín un 17 de agosto. El pequeño presenció un desfile por el aniversario de la muerte del Libertador y a partir de ahí no dudó. “Mamá, no quiero el traje de Spider-Man, quiero el de un granadero”, pidió.
Así fue que sus familiares hicieron todo el esfuerzo para que Mateo tenga el uniforme más parecido al original. “Está todo el tiempo con el traje puesto, desde que se levanta hasta que se acuesta. Nos pidió que le compremos la bandera para izarla por las mañanas, canta el himno y la Marcha de San Lorenzo todo el tiempo, se para firme. Es mi granaderito chiquitito”, contó su mamá, Mónica Ocampo, visiblemente emocionada luego de que su hijo pudiera cumplir su sueño.
La abuela, Marisol Oyarzun, fue la encargada de diseñar sus armas de cartón, su redoblante y el mástil de la insignia patria, que en los próximos días deberá ser reparado porque recientemente tuvo un accidente doméstico que le quitó un par de centímetros. Gajes de un soldado.
El fanatismo de Mateo surgió en medio de un drama familiar. Su hermano mayor, Maximiliano, estuvo al borde de la muerte a raíz de una malformación que no le permitía caminar ni hablar. Sus padres, oriundos de Río Gallegos e integrantes de la Policía de Santa Cruz, viajaron a Buenos Aires de urgencia para iniciar un tratamiento médico. Una tarde, buscando un rato de distracción y recreación, visitaron la Plaza San Martín y allí todo comenzó.
En los próximos días este niño podrá completar la experiencia. Es que Juan Pablo Curti, uno de los granaderos que marchó junto a él, lo invitó al Regimiento y a montar un caballo. “Nunca había visto a un niño haciendo esto con tantas ganas y tanto orgullo”, contó.
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TRADICIÓN
Cada día a las 7:15, los Granaderos se encargan de elevar la bandera argentina. Casi doce horas después, a las 7 de la tarde, una nueva delegación vuelve a bajarla.
Si bien la ceremonia nunca se dejó de realizar, desde su asunción, el gobierno de Mauricio Macri buscó darle otro brillo a este tipo de actos patrióticos.
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