
Gales desde hace ya casi dos años se encuentra al frente de la Unidad Regional Quinta por disposición del jefe del Policía Eduardo Daniel Acosta. Oriundo de Santo Tomé, Gales, hombre de “pocas pulgas” si los hay, parece dispuesto a decir lo que piensa ante quien sea, guste a quien le guste, según señalaron fuentes dignas de créditos. Ya sobre el final de su carrera, Gales – a decir de algunos – no tiene nada que perder. Puede ascender o no a comisario general, pero la suerte parece estar echada.
Según el diario El Libertador y también el matutino Norte, “Un alto jefe policial desató el malestar generalizado de la fuerza cuando acusó a sus subordinados de "no querer trabajar" a pesar de que el Gobierno había comprado nuevos patrulleros”.
La desafortunada frase que molestó a los uniformados de toda la provincia se viralizó a través de un video en el que se puede ver al jefe de la Unidad Regional Quinta, comisario mayor Néstor Galés, tildar de haraganes a sus camaradas. “No quieren trabajar” expresó.
"Yo veo que hay camionetas nuevas, Corsas nuevos, motos nuevas, pero lamentablemente los policías no quieren trabajar", se quejó Gales, vestido en impecable traje crema y flanqueado nada menos que por el ministro de Seguridad, Horacio Ortega.
El Jefe policial fue filmado por otros policías que subieron el video a las redes sociales y lo reprodujeron en grupos de Whatsapp donde policías de distintos puntos de la provincia expresaron su indignación.
"No solamente trabajamos el doble o el triple, sino que tenemos que hacer adicionales fuera de hora si queremos llegar a fin de mes", se quejaron oficiales y suboficiales en un pronunciamiento posterior.
Referentes de la familia policial advirtieron que "Galés, el ministro Ortega y la actual cúpula de la fuerza creen que nuestros policías pueden hacer milagros".
"Si quieren resultados en la lucha contra la inseguridad, que dejen de presionar políticamente porque cada vez que actuamos viene un puntero radical y nos desautoriza, como sucede con los seguidores cumbieros", se quejaron en reparticiones capitalinas.
Los uniformados aseguraron que la solución de la problemática policial no pasa por la compra sistemática de patrulleros sino por la capacitación, el equipamiento personalizado para proteger la integridad física del agente y un inmediato incremento salarial.
INDIGNANTE
Recordaron que el escalafón subalterno percibe haberes por debajo de la línea de pobreza, con un promedio de ingresos de 10.000 pesos. La situación fue denunciada reiteradamente por referentes de la familia policial, sin que haya habido respuestas del Gobierno.
Lo mismo sucede con los oficiales jóvenes, que con los mismos parámetros salariales son destinados a localidades distantes de sus puntos de origen, lejos de sus familias, con lo cual quedan obligados a gastar buena parte de sus haberes en pasajes.
La falta de combustible, de chalecos antibala y de municiones para práctica de tiro forma parte de un déficit crónico que incluye la ausencia de programas de capacitación y de asistencia jurídica, carencias que dejan al policía en inferioridad de condiciones frente al crimen organizado.
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