Estiman que las obras en la avenida Romero se extenderían hasta el 2018

Avanzan los trabajos del primer tramo, socavado en noviembre pasado. Ahora los esfuerzos se concentran en el último sector.




La avenida Jorge Romero, desapareció por completo en dos tramos. El ducto de entubamiento del arroyo Limita, que va desde la intersección de Teniente Ibáñez y Elías Abad hasta su desembocadura en el río Paraná, colapsó dos veces en los últimos seis meses y la situación preocupa a quienes desde hace años viven en el lugar. Un informe publicado por este matutino da cuenta de la situación real de los vecinos del lugar quienes temen que la situación empeore si vuelve a llover con la intensidad que lo hizo en el mes de abril. Consultados los funcionarios del área de Infraestructura de la Comuna capitalina, remarcan que las obras de entubamiento -obra que se realiza para sostener la estructura dentro del ducto para luego proceder al cambio del caño- se realizan desde hace poco más de dos semanas, con el arroyo fluyendo en cauce normal las tareas son aún más difíciles de realizar y la posibilidad de que esta semana vuelvan las precipitaciones preocupa. Quienes viven a la vera del cráter remarcan que el temor porque la situación empeore está latente desde hace tiempo, “tratamos de estar tranquilos, los chicos tienen prohibido estar cerca del lugar y los grandes miramos con desconfianza porque si vuelve a llover no sabemos qué puede pasar sobre todo con las casas”, sintetizan quienes viven en la zona. En un amplio recorrido por el barrio los vecinos hablan de lo que significa para ellos el arroyo, “era parte de nuestra vida cotidiana, si bien el barrio Gobernador Galván se extendía de ambos lados del Limita, antes de su entubamiento el límite era muy marcado, estábamos los del lado Sur -lindero al cementerio- y los del lado Norte”, explica Luis, un hombre de 56 años quien nació en el lugar y vivió toda su vida a la vera del arroyo. Su historia es gráfica y su conocimiento sobre el caudaloso arroyo, “al Limita lo conocemos bien, con las lluvia crece mucho y pese a estar bajo tierra siempre lo escuchamos, por eso cuando socavó en la zona de costanera me imaginé que todo eso se venía para acá y pasó nomás”, remarca mientras mira el cráter ubicado a casi 50 metros de sus viviendas. El temor de toda la gente del barrio es que el ducto siga cediendo lo que podría ocasionar mayores problemas. “El tema de que la calle esté cortada es menor, porque hay otras salidas, lo que tenemos miedo es que el movimiento afecte a las casas”, resumen de manera coincidente quienes viven en el barrio ahora más conocido como Caridi. Las obras avanzan con la ayuda del buen clima y si bien no hay fechas concretas de finalización, fuentes municipales consultadas por este diario destacaron que teniendo en cuenta la situación real del entubamiento, los trabajos podrían extenderse hasta el año que viene.
Norte
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