Boca Unidos igualó con Flandria


Miñodependiente. Mariano Miño anotó el primer gol de un Aurirrojo que mostró pocas variantes.
El Aurirrojo empató 2 a 2 anoche en cumplimiento de la trigésimo primera fecha de la B Nacional. En su cancha no supo tomar las riendas del partido cuando se puso en ventaja gracias a una conquista de Herrera (2 a 1) y terminó penando luego del gol en contra de Morales.



Diego Acevedo
deportes@ellitoral.com.ar

Sigue sin reaccionar. Anoche Boca Unidos igualó en condición de local frente a Flandria, 2 a 2 en cumplimiento de la trigésimo primera fecha del torneo de la Primera B Nacional, y ya lleva diez partidos sin conocer la victoria. La misma cantidad que jugó en lo que va del año; y ya estamos en mayo y el triunfo sigue sin aparecer.
El Aurirrojo pagó caro sus errores defensivos y en particular las distracciones en jugadas de pelota quieta: las dos conquistas del Canario llegaron por esa vía. Pero también sufrió por su falta de ambición, esa que estuvo ausente cuando parecía encaminarse en el partido, una vez que consiguió ponerse arriba en el marcador en el inicio del segundo tiempo.
Es que los dirigidos por Christian Bassedas lograron tomar una ventaja en el marcador y la desaprovecharon. Transcurrían 4 minutos del segundo tiempo cuando Germán Herrera capturó un rechazo defectuoso de la defensa de Flandria y con un zurdazo al rincón marcaba el 2 a 1 que se insinuaba como el momento de mayor firmeza del Aurirrojo en la noche correntina. La jugada comenzó con una asistencia de taco de Cristian Núñez para Alejandro Villoldo y un centro (buscapié) del lateral izquierdo uruguayo.
Boca Unidos había salido a flote de un primer tiempo complicado, en el que si bien tuvo buenas intenciones sufrió como consecuencia de su imprecisión en el manejo de la pelota. Flandria capturó un par de balones en zona media y le sacó provecho a los errores del local, aunque sin poder convertir: Facundo Melivilo, Franco Costa (gran corrida) y Mauro Bellone ganaron metros y dispararon al arco, sin lograr vencer a Fabricio Henricot.
Pero a los 19 minutos un largo tiro libre de Melivilo llegó a destino y Williams Riveros con golpe de cabeza (prácticamente sin oposición) dejó a Henricot a mitad de camino y su remate bombeado sobre el cuerpo del arquero se convirtió en el 1 a 0 de la visita.
Una acción en la que Núñez conjugó fortaleza física con oficio allanó el camino para la igualdad del local: el Negro aguantó con firmeza un balón en área rival, esperó hasta el momento indicado, y cedió para Miño, que con un remate por debajo del cuerpo de Leonardo Griffo, estampó el empate a los 35 minutos de la primera etapa.
Este gol y la posterior conquista de Herrera parecían colocar al local en una sólida posición de cara al segundo tiempo. Nada más alejado de la realidad, dado que el Aurirrojo siguió impreciso y comenzó a perder terreno (y protagonismo) en el juego. Dependió en demasía de lo que podían gestar Miño y Núñez (fue reemplazado por Ignacio Valsangiáciomo).
La salida por lesión de Rolando Ricardone fue un mal síntoma que anticipó lo que vendría después. Y el juvenil Ariel Morales (nuevamente) terminó pagando por los platos rotos de un equipo que se desmanteló a medida que avanzó el partido: a los 24 minutos Flandria elaboró una jugada preparada de balón detenido, que Boca Unidos no descifró, y tras un centro (puñal) de Ramiro Fergonzi, Morales se llevó puesto el balón y con este las esperanzas de un triunfo Aurirrojo, ya que la pelota terminó adentro del arco propio.
Los minutos finales se jugaron al pulso de un envalentonado Flandria, al que no le alcanzó para asestarle la estocada final a un Boca Unidos que llegó al desenlace rogando que el daño no sea completo: no perdió, empató por cuarta vez consecutiva.






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