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Se estima que más de 5 mil fieles de la Arquidiócesis de Corrientes vivieron anoche el cierre del Año de la Misericordia. Desde las 18 horas, numerosos sacerdotes estuvieron disponibles para el sacramento de la Reconciliación, ubicados a lo largo y ancho de la Cabral. Asimismo hubo altares especiales para revivir lo que fue este Año Jubilar, también participaron ministerios de música para acompañar la jornada.
A las 20 horas, comenzó la celebración de la Eucaristía presidida por el Arzobispo de Corrientes, Monseñor Stanovnik, cuya misa era proyectada en pantallas gigantes ubicadas estratégicamente dentro y fuera del templo. No obstante, los sacerdotes seguían confesando a los numerosos fieles que permanecían en filas esperando la Reconciliación para posteriormente ingresar por la Puerta Santa. Este sacramento incluso continuó después de la celebración eucarística.

Para que todas las comunidades estén presentes, se determinó que no haya otras misas ni actividades eclesiásticas, por lo que esta misa fue central para evocar el significado de cierre del Año Jubilar de la Misericordia. El Año Jubilar de la Misericordia concluirá el 20 de noviembre, festividad de Cristo Rey, y se cerrará la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. Mientras que el domingo anterior, el 13 de noviembre, se cerrarán todas las Puertas Santas abiertas en todo el mundo durante este Año Santo. Corrientes vivió ayer este acontecimiento.
El Año Jubilar de la Misericordia concluirá el 20 de noviembre, festividad de Cristo Rey, y se cerrará la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. Mientras que el domingo anterior, el 13 de noviembre, se cerrarán todas las Puertas Santas abiertas en todo el mundo durante este Año Santo.
Uno de los momentos sobresalientes fue la llegada de la imagen peregrina de la Virgen de Itatí que arribó entre cánticos y aplausos de todos los presentes. También estuvo la réplica de La Cruz de los Milagros.
En su Homilía, Stanovnik comenzó diciendo “Todo tiene un comienzo y un final, porque así es la vida del hombre sobre la tierra: nace, crece, se desarrolla y, por último, muere. (…) Así sucede también con el Jubileo que estamos viviendo: hemos inaugurado llenos gozo y expectativas el Año de la Misericordia, abriendo de la Puerta Santa y, luego de trascurrido el tiempo previsto, hoy nos toca realizar la clausura de la Puerta de la Misericordia y, con ese signo, concluimos también este Jubileo Extraordinario, que nos regaló el papa Francisco”.
Destacó las numerosas peregrinaciones que se concretaron a lo largo de este tiempo en Corrientes: “Hoy vamos a clausurar la Puerta de la Misericordia, que fue destino de muchas peregrinaciones durante el Año jubilar”.
También exhortó a seguir con las obras de misericordia: “Se cierra hoy la Puerta Santa, se clausura el Año Extraordinario de la Misericordia, pero no se cierran las obras de misericordia. El año que hemos vivido, nos sirvió para tomar conciencia de la gran importancia que tiene la misericordia en la vida del creyente”.
“Se cierra hoy la Puerta Santa, se clausura el Año Extraordinario de la Misericordia, pero no se cierran las obras de misericordia. El año que hemos vivido, nos sirvió para tomar conciencia de la gran importancia que tiene la misericordia en la vida del creyente”, dijo en su Homilía Stanovnik.
En otro tramo de su mensaje, el Arzobispo hizo tres recomendaciones “no dejarse engañar, dar testimonio y perseverar”. Asimismo explicó “frente a los que anunciaban el fin del mundo, Jesús enseña que la actitud que corresponde al creyente, es la confianza. Aun cuando el mal, en todas sus perversas manifestaciones, parezca llevar ventaja sobre el bien, el discípulo de Jesús confía y persevera hasta el final, no se deja engañar, encuentra en esa confianza la fortaleza para dar testimonio y para ser constante en el bien siempre. Esas recomendaciones de Jesús: no dejarse engañar, dar testimonio y perseverar, nos iluminan y nos dan ánimo para ser misericordiosos”, remarcó.

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SER MISERICORDIOSOS EN TODAS PARTES
En su alocución, también instó a ser “misericordiosos” como un compromiso ciudadano: “¡Cuánto bien nos haría si descubriéramos que el perdón y la misericordia son también virtudes cívicas, y que las mismas deberían traducirse en conductas y programas sociales!”.
Para concluir hizo un llamado como sociedad: “Convenzámonos que hemos sido extraordinariamente bendecidos con el Año de la Misericordia. Somos portadores de una gracia inmensa, que ahora deseamos cultivarla en el matrimonio y la familia, en nuestras comunidades eclesiales, y como misioneros en nuestra sociedad: ¡Cuánta misericordia se necesita en el trato que damos a los que frecuentan nuestras oficinas públicas; a los que concurren a los hospitales y centros de salud! Seamos más misericordiosos en nuestras escuelas, hogares de ancianos, cárceles, en los lugares de trabajo, y aun en nuestras propias comunidades”, puntualizó.
CIERRE DE LA PUERTA SANTA
Antes de culminar la santa misa, monseñor Stanovnik anunció el cierre de la Puerta Santa, y como gesto procedió a cerrar la puerta principal de la Iglesia acompañado por el aplauso de todos los fieles. También, el Obispo destacó: “me sorprendió que al caminar hacia la Puerta Santa escuché que muchas personas decían “gracias”", dijo en alusión a lo que significó este Año para la Iglesia Católica.
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